Cuando
se inician los andares, las emociones explotan a flor de piel, descubrimos lo
maravilloso del mundo y comienzan los retos, nacen las esperanzas y empezamos a
forjar imágenes de nosotras y nosotros, empezamos a tejer el reflejo que
miraremos en el espejo del alma y así sin darnos cuenta iniciamos la
marcha. Solo que a veces, de tanto caminar, olvidamos lo que llevamos dentro,
dejamos de mirarnos a través de la otra, del otro y el tiempo y el espacio
se convierte en rutina.
Quizá
este nuevo paraje permita volver a mirar la vida con la misma intensidad del
inicio y si no al menos habrá servido para sugerir que el tiempo y sus
historias son elementos que infunden vida...
Aquí
encontraras relatos extraviados en el tiempo de un mismo hecho, visiones
singulares y plurales del presente, proyecciones soñadoras y no tan optimistas
del futuro y quizá, de vez en cuando, algo de prosa.
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